El
Ba en nuestra concepción actual
puede ser más fácilmente comprensible,
es lo que entendemos como alma, para los egipcios el ba es el elemento que
permanece en el cuerpo de la persona después de su muerte, es lo que otorga al
individuo la personalidad, lo que lo hace único e inigualable, era propio de
cualquier animal, hombre o dios. Lo solían representar como un ave con cabeza
humana, que volaría desde la tumba para unirse con Ka en la vida futura. Algunos
seres eran el ba de otros; por ejemplo, el toro Apis es el Ba de Osiris. Al
igual que el ka corresponde a la fuerza vital y el ba al alma, la unión de
estos dos elementos es el Aj, que es la fuerza divina .Todos ellos precisaban
aquellas cosas de las que habían disfrutado en vida, por ello la necesidad de hacer
ofrendas tanto físicas, como relieves con fórmulas y cultos al difunto por
parte de familiares y sacerdotes.
Además de estos, para
los egipcios el individuo estaba compuesto por más elementos tanto intangibles
como tangibles, y que son difíciles de comprender desde la concepción
espiritual de las civilizaciones modernas. Elementos como el sehu, la sombra, que
otorgará al individuo la potencia sexual, y para satisfacer sus necesidades se
colocaban estatuilla, el Ren o nombre, escrito en las paredes de la tumba y que
podía suplir al cuerpo en caso de destrucción, al nacer el individuo se
asignaba rápidamente un nombre, ya que sin él el individuo no está completo. El
Ib., simbolizado por el corazón, fue considerado la sede de los
pensamientos y las emociones según las creencias egipcias. Era uno de los
elementos espirituales más importantes. El At, corresponde al cuerpo, es el
elemento más tangible de los que componen el hombre, sirve de soporte físico
para los demás elementos, por lo que debía de ser momificado para asegurar su
incorruptibilidad, y de esa manera garantizar que continuara existiendo,
incluso después del fallecimiento. El Sejem, era la manifestación de la fuerza
y voluntad divinas; podía conseguirse mediante iniciación y arduo trabajo y
confería al que lo obtenía el poder de los dioses en este mundo, los sacerdotes
o magos que lo poseían se convertían en portadores de la fuerza y voluntad
divinas y su manifestación en este mundo, su representación simbólica es un cetro
sagrado, que generalmente era portado por el faraón o el sumo sacerdote en las
ceremonias de inauguración para consagrar y bendecir.
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